miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL ORIGEN DE LA VIDA SEGÚN LA IGLESIA

Introducción
El trabajo consiste en cual es el origen del hombre según la Biblia y para ello hace referencia a lo que es la Biblia y de que consta ésta.

La introducción que hace el libro sobre la Biblia es la siguiente: dice que la Biblia es el libro más leído por la humanidad, y esto no es de hoy sino desde hace ya muchos siglos, diciendo que en el siglo II a.c. el rey de Egipto Tolomeo pidió que tradujeran la Biblia al griego. La estima que tenían en la Biblia era increíble, y esto señala el comienzo de la lectura masiva de la Biblia. Hoy cualquier persona de cualquier país y de cualquier idioma puede leer la Biblia en su propia lengua.
Voy a tratar de recopilar toda la información disponible sobre la Biblia y el origen del hombre a través del libro “el origen del hombre según la Biblia”.
¿Qué es la Biblia?


La Biblia es un libro único e imprescindible, y sin este no se comprende ni la moral ni el derecho. Si no se tiene en cuenta el latín bíblico-cristiano, es imposible comprender y explicar la literatura religiosa medieval. En resumen nuestra cultura es inexplicable sin la Biblia.
Biblia es un sustantivo femenino derivado de un neutro plural griego, Biblía (libros). No se trata de un libro sino de libros. La Biblia es la expresión escrita de una historia. Por su contenido es intensamente humana. Este rasgo de la Biblia es fundamental.
Dios al dirigirse al hombre en lenguaje humano, utiliza todos los recursos de expresión aptos para comunicar una verdad, para comunicarnos su verdad. La Biblia se admite cualquier género literario con tal de que no se oponga a la verdad y santidad de dios.
Las dificultades más conocidas sobre la Biblia son:

  • Faltas de sinceridad, no reprobadas expresamente por el narrador.
    Actos de crueldad realizados por los hebreos o por los profetas de Yahvéh.



  • Las imprecaciones, muy frecuentes en los salmos.
    La moral sexual deficiente en el Antiguo testamento, con la tolerancia de la poligamia, el divorcio, etc...

    A esta variedad de estilos y géneros hay que añadir la que le viene del idioma en que se ha redactado

    A pesar de esta extraordinaria variedad humana, la Biblia posee una unidad real, no sólo por el origen común divino de todos sus libros, sino por el contenido y la orientación.
    Por una especial providencia de Dios estos escritos han llegado hasta nosotros sustancialmente íntegros a través de casi milenios.
    Esta colección, tan maravillosamente conservada, tan copiada y tan leída, tan difundida por la imprenta desde el siglo XV, forma el Canon de las Sagradas Escrituras
    La definición de la inspiración la dio León XIII en su Encíclica Providentíssimus Deus.
     Dada esta naturaleza peculiarísima de la Biblia se descubren en ella huellas propias de Dios, huellas del hombre y huellas comunes. 
     Origen del mundo según la Biblia



  • En torno a 2.700 años antes de cristo los faraones de la V dinastía cubrieron con jeroglíficos las paredes de las cámaras funerarias de la pirámides.
    Un poco más tarde, alrededor del año 2.000 antes de Cristo, algunos escribas de la 1º Dinastía Babilónica consignaron en siete tablillas de arcilla las antiguas tradiciones de su país sobre el origen del mundo.
    Como dato de la ciencia actual podemos decir que para trazar un cuadro del origen de la tierra, podemos decir que distinguen cuatro grandes eras geológicas, que dividen y subdividen en periodos menores, utilizando para su determinación potentísimos y perfectísimos cronómetros.
    En los datos de la Biblia existen dos relatos de la creación. Uno, está en Gn 1,1-2,4ª. Y otro, en Gn 2,4b-25. la estructura literaria de estros dos relatos es bastante distinta. Pero ninguno de los dos quiere describirnos objetiva y científicamente el desarrollo de los acontecimientos primigenios. En Gn 1,2, el autor describe el caos primitivo, esquematizado en tres elementos: la tierra está cubierta de agua y el agua está cubierta de tinieblas.

    En la enseñanza de los relatos bíblicos podemos decir que la Biblia ya nos ha dicho que antes estaba Dios, que es eterno, y que es el creador del mundo, a partir de la nada. En el siglo VI a.c., en la fecha de la redacción de la “traducción sacerdotal”-o en todo caso , quizá en el siglo XIII a.c. -en tiempos de moisés, cuando se formó esa tradición- era lo que opinaban también los irrealitas cuando hablaban del “caos primitivo” de la stinieblas sobre el “abismo” y de las “aguas”, imágenes todas ellas que se orientaban a expresar la idea de la creación a partir de la nada.


    El Dios del Génesis está solo. Es eterno, trascendente, distinto del mundo, omnipotente. No encuentra oposición alguna. Obra con su sola palabra tiene un trato familiar y amistoso con el hombre

    Origen del hombre
    según la Biblia

    los datos de la literatura antigua sobre el origen del hombre, la Biblia ofrece dos narraciones.
    En el primer relato se dice que Dios crea al hombre el último, como coronación de todo lo creado y ser a quién se ordenan todas las demás criaturas.
    En el segundo relato el hombre es creado el primero, como el ser más insigne a quién se ordenan todas las cosas que vienen después de él.
    Desde el punto de vista del desarrollo de la creación, el hombre es el último. Pero desde el punto de vista del hombre, el hombre es el primero.
    A continuación voy a exponer los dos relatos bíblicos:

    El hombre es imagen de Dios: definición abstracta del hombre (I relato).

    El hombre es polvo de la tierra que respira: definición concreta, descriptiva (II relato).

    En el evolucionismo y datos bíblicos se puede decir que hasta el siglo pasado el texto bíblico se extendió siempre a la letra. Nadie se había planteado de otro modo la cuestión. Pero a partir de entonces, ciertos descubrimientos casuales dieron a luz numerosos huecos que presentaban grandes semejanzas con el esqueleto humano actual. Respecto a la participación que el reino animal haya podido tener en la formación del cuerpo humano, ya sea mediante selección natural, o la adaptación al ambiente.
    En la formación de la mujer decir tengo que en el relato bíblico hay que distinguir, como en el resto de la Biblia, la enseñanza, el hecho y el modo de realización de hecho y de proponer la enseñanza.
    El detalle de la costilla es una parábola muy apropiada para expresar esta relación y para inculcar esta doctrina. Con lo de la costilla el autor nos dice también otra verdad que todo hombre normal constata: la atracción mutua entre el hombre y la mujer, atracción tan fuerte que incluso”deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen los dos una sola carne”. En definitiva no sabemos como fue formada Eva ni lo sabremos nunca, pero ¿qué importa? Dios no ha pretendido hacer biólogos sino cristianos.

    Los patriarcas hebreos

    En la antigüedad del hombre según la ciencia podemos partir de los datos más recientes y de las conclusiones ciertas de la ciencia, salta a la vista que los datos de la ciencia se oponen radicalmente a las cifras que da la Biblia y que propone unas cifras inmensamente mayores y hay que reconocer que la realidad da en este caso la razón a la ciencia.
    La historia anterior de la humanidad está llena de oscuridades y misterios. A medida que retrocedemos en el tiempo los contornos de la figura humana se hacen cada vez más imprecisos.
    Como genealogías bíblicas y antigüedad del hombre podemos decir que la prehistoria bíblica conviene con la prehistoria científica en que ambas cubren el mismo tiempo y en que unas y otras no se basan en documentos escritos, sino en datos arqueológicos o en tradiciones preisraelitas.
    Una comparación entre la prehistoria científica y la bíblica nos demuestra que, mientras la ciencia tiene por objeto describir las relaciones de la humanidad con el universo material, la Biblia describe las relaciones del hombre con dios, es decir, las etapas morales y religiosas por las que pasó la humanidad antes de la revelación hecha a Israel.

    viernes, 3 de diciembre de 2010

    SECUELAS PSIQUICAS DEL ABORTO

    ¿El aborto provoca problemas emocionales, psicológicos y psiquiátricos?
    Sí, el aborto provoca serios problemas emocionales como:
    Remordimientos – La mayoría de las mujeres que abortaron tuvieron sentimientos de remordimiento por la falta del hijo que "debería haber dado a luz".
    La salud psicológica y física de la mujer se ve afectada por el aborto de aquel que siempre será para ella, a lo largo de toda su vida, su propio hijo, haya o no nacido.
    Los síntomas clínicos del remordimiento que ello provoca, varían y perduran hasta muchos años después del horrendo crimen.
    La Dra. Marie A. Peeterers-Ney afirma:
    "En la literatura aparecen síntomas tales como (...) el del aniversario de la fecha del aborto o de las fecha en que hubiese nacido el bebé, con motivo del cual la mujer tiene dolores abdominales, migraña, afecciones psicológicas o disfunciones sexuales"
    El aborto marca para siempre, como lo confirman numerosos testimonios: "No sé por qué lo hice," declaró una mujer, "pero de lo que sí estoy segura es que aún no me recupero de esa experiencia. Las pesadillas no me dejan vivir en paz.
    Ansiedad y depresión – Las adolescentes son más propensas que las mujeres adultas a sufrir las secuelas psicológicas. Aunque la primera reacción puede ser de alivio por no estar más embarazada, la ansiedad, la depresión y el sentimiento de culpa, aparecen pronto.
    Síndrome post-aborto – No cabe duda que la práctica del aborto provoca graves tensiones. La mujer posee un instinto materno dado por la misma naturaleza. Violentarlo significa acumular traumas que a veces se manifiestan poco después, pero en otras ocasiones quedan latentes y explotan años más tarde, en las formas más inesperadas como patologías y reacciones psicológicas anómalas.
    Es cada día más evidente que, en algunos casos, la respuesta de la mujer a ese trauma es similar a la neurosis post-traumática ("post traumatic stress disorder") de algunos veteranos de guerra.
    Algunos de estos reflejos son: angustia, ansiedad, uso de drogas, pérdida de la autoestima, sentimiento de culpa, insomnio, pesadillas aterradoras, abuso de fármacos, afecciones psicosomáticas, agotamiento, dificultad de concentración, misantropía y depresión.
    Este cuadro se agrava si la mujer intenta acallar su conciencia negando que el aborto fue el asesinato de su propio hijo. El negarse a reconocer el propio crimen provoca en ella reacciones psicológicas profundas y desencontradas, que la catapultan a un estado de ansiedad, traumas nerviosos e irritabilidad casi insoportable.
    A su vez, la Dra. Maria Simon, psicóloga en la Clínica Ginecológica Universitaria de Würzburg (Alemania), señala que:
    "tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente, afirma, estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardíaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos. Al 52 % de las encuestadas les molesta ver a mujeres embarazadas porque les recuerdan sus propios hijos abortados. En el 70 % de las mujeres surge una y otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño abortado viviera ahora. Además, las encuestas arrojan proporciones de hasta 50 % de uniones que se rompen después de un aborto.
    La Dra. Wanda Franz, de la Universidad de West Virginia (EE.UU.) indica el remedio para las mujeres que alguna vez abortaron:
    "Ante todo y principalmente, es necesario enfrentar la realidad de haber cometido un aborto. La verdad es que, cuando una mujer acepta someterse a un aborto, ella consiente en asistir a la ejecución de su propio hijo. Esa amarga realidad... se opone a la realidad biológica de la mujer, que ha sido ordenada precisamente para el cuidado y nutrición de su hijo, incluso no nacido. Asumir el papel de "verdugo", especialmente de su propio hijo, sobre el cual ella misma reconoce la responsabilidad de protegerlo, es extremadamente doloroso y difícil. El aborto es todo lo contrario al orden natural de las cosas y automáticamente induce a una sensación de culpa. La mujer debe, sin embargo, admitir su culpa para poder convivir con ella"
    La Profesora María Esther Perea de Martínez cita el interesante testimonio de la escritora alemana Karin Struk, quien tuvo cuatro niños y abortó uno. Después de referirse a lo que denominó "una de las experiencias más espantosas de mi vida", afirmó:
    "Después del aborto descubrí que cualquier proceso de cura requiere la ayuda de Dios. La presencia de Jesús era indispensable. Esta pieza que faltaba fue la que me hizo reaccionar
    (10) ¿También el padre sufre las consecuencias post-traumáticas del aborto?
    Como refiere Eric Pastuszek, las investigaciones señalan que cuando un hombre se da cuenta de que su hijo ha sido abortado, con frecuencia experimenta severas reacciones negativas. Uno de estos padres así lo explicó:
    "Usted probablemente haya leído acerca de lo que causaron a los veteranos de Vietnam los sentimientos de culpa y las emociones reprimidas. Ellos lo llaman 'neurosis post-traumática'. Este fenómeno resulta básicamente de la intención de acallar o suprimir el recuerdo de la reacción a la muerte y la violencia que los rodeaba. Ese es el mismo tipo de reacción que tuve frente al aborto de mi esposa".
    El “stress” que sufre el padre se intensifica cuando la ley le niega todo poder para proteger la vida de su hijo no nacido, como ocurre en los EE.UU, donde la Corte Suprema "determinó que lo que el Estado no tiene (el derecho a prohibir un aborto) no puede concederlo a nadie más." Ello implica "que no existen derechos naturales creados por la paternidad", al punto que una sentencia del Supremo Tribunal de California sugirió que el niño es "un patrimonio del Estado" y si éste no lo valora, "nadie más puede protegerlo, ni siquiera quién lo engendró".
    Una de las graves consecuencias de esta situación es que, "si el hombre sabe que no tiene ningún derecho, no crea un vínculo con ese bebé no nacido" y "no protege a la madre que necesita un apoyo de su marido para atravesar el embarazo". De ahí que "la mayor parte de las relaciones se quiebran después del aborto", el 80 % de acuerdo a una estadística de la Abortion Recovery Canada

    miércoles, 1 de diciembre de 2010

    EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

    El magisterio de la Iglesia (latín Magisterium Ecclesiae) es la expresión con que la Iglesia Católica se refiere a la función y autoridad de enseñar que tienen el Papa (Magisterio Pontificio) y los obispos que están en comunión con él.
    Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura (sic), ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo" (DV 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. (Parte 1ª, Secc. 1ª, cap. 2, art. 2, III)
    Dentro del Magisterio Eclesiástico se distinguen el Magisterio Solemne (o extraordinario) y el Magisterio Ordinario. Según la doctrina católica, el primero es infalible (no puede contener error) e incluye las enseñanzas ex-cathedra de los papas y de los concilios (convocados y presididos por él) y el llamado Magisterio Ordinario y Universal, ambos tratan únicamente sobre cuestiones de Fe y de moral. Lo contenido en el Magisterio Sagrado es irrevocable, es decir, no puede contradecirse ni aún por el Papa o los concilios, quedando fijado para siempre.
    El Magisterio Ordinario consiste en las enseñanzas no infalibles de los papas y los concilios, las de los obispos y las conferencias episcopales (en comunión con el Papa), y aunque el fiel católico debe creerlo y proclamarlo, cabe que decisiones ulteriores del Magisterio alteren o contradigan su contenido anterior. Dice el Código de Derecho Canónico: Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria. (Canon 750, libro III)
    La obligación del fiel católico es creer y defender activamente todo lo que enseña el Magisterio Eclesiástico Sagrado, «con la plenitud de su fe», y también lo que enseña el Magisterio Ordinario, pero con un grado menor. Puede leerse en los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (jesuitas): Debemos siempre tener para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina, creyendo que entre Cristo nuestro Señor, esposo, y la Iglesia su esposa, es el mismo espíritu que nos gobierna y rige para la salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Espíritu y Señor nuestro, que dio los diez Mandamientos, es regida y gobernada nuestra Santa Madre Iglesia.